Sácale una habitación más a tu piso!!

La Casa Mochila creada por Stefan Eberstadt es una nueva forma de ampliar tu espacio vital y… digamos que se encuentra entre el arte y la arquitectura. Se trata de un espacio iluminado a caballo entre un andamio y una escultura minimalista. Es tan «movil» como una «mochila» (de ahí su nombre), esta mini-habitación está destinada a ser una segunda sala que puede ser suspendida de la fachada de cualquier edificio residencial.

El cubo es un espacio vacío, libre de connotaciones y abierto a las necesidades del usuario. Aunque se está dentro de un ambiente privado, uno tiene la impresión de flotar fuera de los confines de la vivienda por encima del espacio público. Dispone de varias aberturas en el interior para vivir con luz natural directa. Existen varias partes de las paredes que se despliegan, con la ayuda de imanes escondidos, en una mesa de trabajo, estanterías o en una plataforma para leer o dormir. La Casa Mochila está suspendida de cables de acero que están anclados al techo o a la fachada del edificio y la caja contenedora es de acero soldado, con un chapado de abedul por el interior. El revestimiento exterior es también de madera contrachapada esta vez especial para uso en exteriores.

Eso si, esto es muy bonito en Estados Unidos donde la ley edificatoria es mucho más permisiva, sobre todo teniendo en cuenta que esto realmente se trata más de una escultura que de una solución permanente. Habría que ves que dicen los Ayuntamientos de por aquí…

La «Paradoja» del Propietario

Te has comprado un piso, han pasado tres años y ahora su valor de mercado es un 40% más. Estás contento porque ahora, en vez de venderlo por los 120.000 euros que te costó lo venderías por unos ¡168.000!. Pero, ¿sabías que si lo vendes para financiar la compra de a otro más caro estás perdiendo dinero?. A veces mucho dinero.

Una evolución frecuente de alguien que ha comprado un piso en los últimos años es que al cabo de un tiempo, pongamos, por ejemplo, 5 años, decida adquirir algo más grande. Las razones son varias, aumento de renta, querer vivir con más amplitud, o una muy chillona: los críos.

Imaginemos una pareja que compró un piso en el año 2000. Les llamaremos los Pérez. Pagaron por el piso 120.000 euros, pero en el año 2005 esa pareja tiene ya dos chavalines y decide mudarse a un piso mayor, haciendo lo que la mayoría de las familias hacen: Vender el piso actual para financiar parcialmente la compra del nuevo.

Debido a una excepcional época de incrementos del precio de la vivienda el piso que compraron en el 2000 ha tenido un incremento del 50%, y por él les dan nada menos que ¡180.000 euros!. Los Pérez están muy contentos. Ahora bien, el piso que quieren comprar costaba en el año 2000 unos 200.000 euros, y, al tener un incremento similar, del 50%, ahora piden por él 300.000.

El dinero contante y sonante que tienen que aportar (bien sea en efectivo o con hipoteca) en el 2005 por la diferencia de precio entre un piso y otro es: 300.000 – 180.000= 120.000 euros. Sin embargo, si el precio de la vivienda se hubiera mantenido estable durante esos años aportarían: 200.000 – 120.000= 80.000 euros.

Conclusión: debido al alza de precios, los Pérez deben aportar nada menos que 120.000-80.000 ¡¡40.000 euros más!!.

No hace falta decir que éste es un caso de lo más frecuente. Es decir, siempre que se venda una propiedad para poder comprar otra de mayor valor financiada parcialmente con la primera que se adquirió, la subida del precio de la vivienda es perjudicial, los porcentajes de subida de precios lógicamente no serían iguales para las dos viviendas, pero sí aproximados, por lo que el ejemplo sirve igual.

La paradoja es que en este caso, llamémosle «mejora de vivienda», lo que realmente sería interesante como propietario es: ¡que la vivienda BAJE!…

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