La fealdad

QUÉ BESTIALIDAD

Hemos vuelto, queridos lectores y lectoras; pero hemos vuelto esta vez con furia, con enojo y con más bilis que antes. Bilis que es generada una vez más por las BRUTALIDADES ARQUITECTÓNICAS que se cometen en nuestra querida ciudad porteña, muy a pesar de los sacrificios que hace Guayaquil por mantenerse guapa, a pesar de lo que hacemos los arquitectos, los publicistas y los burócratas.

Por nuestra parte, nunca hemos dudado en señalar al edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería como el Edificio MÁS FEO de Guayaquil. Se trata de un «Frankenstein» de hormigón armado y vidrio. Frankenstein en todo su concepto. Al igual que la mostruosa criatura que engendrara el obsesivo Doctor, este edificio parace haber sido hecho con pedazos de otros muertos. Muertos que deben haber sido «bonitos» (ustedes saben cuánto odio esa palabra), cuando estaban vivos y dentro de su contexto. Peor acá, los pórticos «a lo Niemeyer» no tienen nada que ver con una torre amorfa, entre lo cilíndrico y lo triangular, entre el homrigón supuestamente brutalista, pero pintado redundantemente de hormigón y el vidrio roto y abandonado de su indescriptible fachada. A todo esto, súmenle ese extraño «sombrero chino» que tiene al lado opuesto a la torre. Es un monstruo. Un reflejo de la ingenuidad con la que la tecnocracia súbdita de las dictaduras setenteras generó el plan del Eje Urbano «Quito-Machala»; donde según ellos, emergería una ciudad llena de rascacielos. Nueva York en el trópico, …ahí tienen el resultado.

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Nothing. Una oficina hecha de carton.

Nothing es una agencia de publicidad de Amsterdam que ha creado sus oficinas nada menos que usando cartón.Como puede apreciarse, prácticamente todo ha sido realizado con este material, muros divisorios, la señalización, vigas, mesas, estanterías e incluso hasta las escaleras usan el cartón.

El concepto fue realizado por Alrik Koundenburg y el diseño fue desarrollado por Joost van Bleiswijk.


El hospital esferico

Ya no existe, puesto que fue desmantelado a finales de los años treinta, lo que es una pena porque tiene su atractivo. Soñemos que paseamos por Cleveland, Ohio, a finales de los años veinte del siglo pasado y, tras un sobrio edificio de ladrillos oscuros, vemos aparecer esta estructura metálica…

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No se trata de un artilugio espacial ni nada parecido, tampoco es una instalación industrial, se trata de un hospital de metal. Ideada para que los pacientes recibieran tratamientos hiperbáricos, esto es, bajo una atmósfera con presión superior a la habitual, la esfera de acero de 20 metros de diámetro del Sanatorio Cunningham constaba de una estructura de láminas metálicas de 19 milímetros de espesor y 349 pequeñas ventanas con cristales de 29 milímetros de grosor, todo pensado para resistir sin problemas los aumentos de presión en el interior. Con cinco pisos y un total de 36 habitaciones, más áreas comunes, se convirtió en todo un edificio experimental en el que se probaron diversos tipos de terapia hiperbárica aplicados a gran número de patologías, como la diabetes, con resultados polémicos. Añádase a la esfera los conjuntos de control de aire comprimido y tendremos lo que se ve en la imagen, una arquitectura que roza la estética steampunk.

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Las viviendas-ovni llegan a España

Después de la casa «avión» nos llega una casa sin esquinas. Es el sueño de muchos y casi una imagen de cuento. Pero en este caso, más que de cuento, de película de ciencia ficción, porque la casa de la que hablamos, además de ser redonda, bien podría confundirse con una nave espacial o con un OVNI. Más de uno juraría estar ante un Objeto Volante No Identificado al encontrarse frente a frente con ella en mitad de un bosque. Y no sólo por su forma redonda si no porque, además, la vivienda es giratoria. Las casas redondas de madera están a punto de abrirse hueco en España de la mano de la empresa francesa Domespace, que comenzará a comercializarlas a primeros de 2009.

La idea de comercializar este tipo de viviendas comenzó hace veinte años de la mano de su creador, el carpintero Paul Paquet, que trabajó durante muchos años en un astillero y que se inspiró en el diseño del casco de un barco invertido para su creación. Sin embargo, no fue hasta llegados los 90 cuando comenzaron a venderse por medio mundo. Hoy estas casas se comercializan en Europa, Asia y en Estados Unidos sobre todo.

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Los diseños son muy variados, de hecho, son construcciones a medida. En España el sistema de compra consistirá en hacer el encargo a Francia una vez el propietario tenga la licencia de obras. El «kit», como llaman en Domespace a toda la casa de madera sin montar, tardará unos tres meses en llegar a nuestro país. Entre el ensamblado y los acabados, de los que ya se encargará un equipo constructor de aquí, se calculan unos seis meses más. En el plazo de un año desde la solicitud de la licencia, la casa giratoria puede estar lista.

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